Verónica Armas | Deuda Latinoamericana: Fundamentales sólidos detrás del turbulento comienzo de año

Verónica Armas

Portfolio Manager en LarrainVial Asset Management

Nota: Cifras al 16.03.2021

Los atisbos de recuperación económica gracias a los procesos de vacunación contra el COVID-19 a nivel global, sumado a que gran parte de las economías están recibiendo fuertes estímulos monetarios y fiscales, han repercutido en expectativas de mayor inflación global y de mejores condiciones económicas. Estos factores han llevado al alza las tasas soberanas en el mercado, notoriamente la del Tesoro Americano (UST).

En lo que va del año, el UST 10y ha subido cerca de 65 bps, mostrando bastante volatilidad, donde incluso hace una semana alcanzó niveles similares a los vistos antes de la pandemia.

La FED y sus representantes han acusado recibo de lo que ha estado ocurriendo en los mercados, inclusive analizando esta fuerte alza en las tasas largas en la reunión del FOMC de marzo, y han indicado numerosas veces que no retirarán el estímulo monetario aún, manteniendo la tasa de política monetaria en niveles actuales y manteniendo el mismo ritmo de compra de activos. Aún así, es probable que en el mediano plazo las tasas del tesoro americano continúen subiendo, aunque es de esperar que sea a un ritmo menor al visto hasta ahora dado que bastante de lo expuesto ya se encontraría incorporado en los precios de mercado.

Con esto, la renta fija internacional es una de las clases de activos que más se ha visto afectada en sus rendimientos durante el año. En particular, si vemos la del desempeño de bonos corporativos internacionales, dentro de mercados emergentes Latinoamérica ha sido la región más golpeada. Según el índice JPM Cembi Broad, LatAm ha caído 1,45% YTD, mientras que el resto de las regiones emergentes (Asia, Europa Emergente y el Medio Oriente) han rentado entre +0,13% y -1,2% YTD. Es interesante destacar que en lo que va del año de hecho se ha visto una compresión de spreads en Latam en su componente investment grade (el más susceptible a cambios en las tasas base), demostrando que el peor desempeño de Latam de hecho se explicaría principalmente por su mayor duración relativa y no por mayores problemas locales relativos en este segmento hasta ahora (aun hay incertidumbre política en países como Chile y Perú que podría afectar a estos bonos), mientras que en el componente high yield la exposición a Argentina explicaría el peor desempeño arrastrado por problemas políticos y fiscales.

En esa línea, cabe cuestionarse qué ha estado pasando con las empresas latinoamericanas en este último tiempo, y la respuesta es bastante positiva. Ya desde el 4Q20, las compañías en general han venido reportando resultados mejores a los esperados, mostrando recuperación después de los peores meses de pandemia (con excepción a industrias más expuestas a las restricciones de movilidad como pueden ser por ejemplo las aerolíneas). Gran parte de las empresas latinoamericanas se encontraban habiendo ya sorteado problemas liquidez y con ello lograron superar los peores momentos de la crisis vistos hasta ahora.

Con todo, no podemos olvidar que la pandemia del COVID-19 no ha terminado de desarrollarse. Aún podemos enfrentarnos a escenarios que hoy no se encuentren en los precios de mercado, toda vez que determinar plazos y magnitudes a la crisis y a la recuperación ha demostrado no ser tarea fácil. Y es por esto que hoy las decisiones de duración junto con la capacidad de identificar las empresas mejor posicionadas para este escenario, se perfilan como los puntos más importantes para navegar durante esta alza en tasas y momentos de volatilidad.

Andrea Sanhueza